El Joven Rico y Millonario
pero Religioso
Todo lo he cumplido, soy muy religioso
Lucas 18:18-30
18 Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?
19 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios.
20 Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre.
21 Él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud.
22 Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
23 Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico.
Las riquezas no permiten que puedas ver con claridad cómo entrar en el reino de Dios y si se puede tener dinero para compartirlo y si es la voluntad de Dios tendrás siempre dinero, pero eso ya será cosa tuya que sabes como tenerlo para compartirlo.
¿Cómo el uso y el abuso del dinero es una Ley?
La cuestión del tributo o pagar impuestos
En Mateo 22:21 Se lee y dice:
"Entonces él les dijo: Pues dad a César lo que es del César, y
a Dios lo que es de Dios".
En este pasaje, Jesús responde a una pregunta sobre si es lícito pagar impuestos al Rey César (el emperador romano). Su respuesta implica que los ciudadanos deben cumplir con sus obligaciones civiles, pero también con sus deberes religiosos hacia Dios. Explicación más detallada:
Los fariseos, que eran un grupo religioso judío, intentaron tender una trampa a Jesús con esta pregunta. Querían que dijera algo que pudiera ser utilizado en su contra: si decía que no se debían pagar impuestos, lo acusarían de rebelión contra Roma; si decía que sí, lo acusarían de ser complaciente con el gobierno romano. Jesús, al pedirles un denario (la moneda romana) y señalar que llevaba la imagen y el nombre del César, les hizo ver que estaban usando esa moneda, lo que implicaba que reconocían la autoridad del César sobre ellos. Su respuesta, por lo tanto, divide las responsabilidades: se debe pagar al César lo que le pertenece (los impuestos), pero también se debe a Dios lo que es suyo (la adoración y la obediencia).
Y este es el cuento:
15 Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra.
16 Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.
17 Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo o pagar impuestos al rey César, o no?
18 Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?
19 Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario.
20 Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción?
21 Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, ...y a Dios lo que es de Dios. Y es que eso es lo que los gobernantes quieren tu dinero, lo que tienes, tu vida y hasta a tu Dios. Pero ¿Qué es lo que hay que darle a Dios? si no lo sabes te lo digo: Es tu vida para adorarle y servirle ¿Cómo? Haciendo el bien y no el mal de toda clase o manera.
22 Oyendo esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron.
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Los sistemas políticos de eso viven desde hace más de
10 mil años y no bastando con eso también te piden
tu vida y a tu Dios.
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Ciertos reinos y naciones
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